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Nagara

Noviembre 2003

Lluvia

En los días de lluvia todos los sentimientos salen, imparables, como un volcán explotando dentro del pecho. Todos, y los más profundos:
El recuerdo: Sí, comienzo a recordar, a repasar mi vida, mis días. Y afloran los más recientes. Y aflora él. Como no. Siempre él. Recuerdo que ya hace un año que nos conocimos, que la ilusión se apoderó de nosotros, que nos embarcamos demasiado pronto en una aventura que terminaría en naufragio, que pronto se alejó de mí, que la felicidad se tornó en soledad...
Soledad: Porque ya no está a mi lado, porque me sentía acompañada y feliz con un simple abrazo suyo, hasta que me empezó a decepcionar porque no era lo que yo buscaba, porque ya sólo me hacía sentir dolor...
Dolor: Porque me despreciaba, porque no me quería, porque me mentía y me usaba, hasta que en mí caló la sed de venganza...
Venganza: Nunca he sido vengativa, pero es algo que debo hacer. Mi alma así lo precisa. Por haberme sentido como un trapo sucio, como una muñeca sin voluntad. Venganza que alimentaba al irritarme cuando me decía sin ningún pudor que no me quería, que sólo deseaba mi sexo con ganas casi irrefrenables porque nadie le dio tanto placer. Y llegó hasta darme asco, y así llegué a la felicidad...
Felicidad: Sí, de no estar con él. Porque repasé todos sus defectos y supe que no lo quería a mi lado. Que había perdido el tiempo, y que aún tenía orgullo...
Orgullo: Lo tenía, porque no era él. Porque en todo momento lo amé, y no me reducía a sexo, cómo él lo hizo consigo mismo. Porque soy algo más. Porque pienso, siento, reflexiono y disfruto ante la lluvia.
Lluvia: Que la vi más bonita que nunca, por dar colores distintos a la ciudad, por traer sabia de vida, por refrescar las ideas, por llevarse malos momentos.
Pero es un ciclo, porque vuelvo a empezar por el recuerdo, que lejos de olvidarlo, cada noche pienso más y más en él, o en la idea que tengo de quien una vez quise que fuera. Y cada noche lo ansío y le lloro con lágrimas de plata que se derraman por mi mejilla como las gotas de lluvia por el cristal.

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