Caes.
Se amontonan en tus poros el pólen de las flores muertas
y en tus pestañas navegan las libélulas plateadas.
Pero mira, mira, mira, que tus labios se secan
mientras caes al pozo oscuro.
Pero suéltate y lánzate a la muerte que te espera
con su boca ávida de sangre.
Las miradas de miel se perdieron hace tiempo
entre los caminos que van al bosque.
Jamás saboreaste el pan del sol
ni el azúcar de las estrellas.
Pero deja ya de cantar sobre la arena y déjate caer,
que la muerte te espera con su boca ávida de vida.
Me miras, y sonríes mientras abres tus manos y caes.
Caes.
y en tus pestañas navegan las libélulas plateadas.
Pero mira, mira, mira, que tus labios se secan
mientras caes al pozo oscuro.
Pero suéltate y lánzate a la muerte que te espera
con su boca ávida de sangre.
Las miradas de miel se perdieron hace tiempo
entre los caminos que van al bosque.
Jamás saboreaste el pan del sol
ni el azúcar de las estrellas.
Pero deja ya de cantar sobre la arena y déjate caer,
que la muerte te espera con su boca ávida de vida.
Me miras, y sonríes mientras abres tus manos y caes.
Caes.
1 comentario
Matías -
menuda criticucha estás hecha con el cuento de la araña. ¿Has estudiado alguna vez el efecto de repetición de palabras?
Yo sí. UN nombre repetido no hace monótono un cuento, simplemente depende de los ojos con los que se mire. Además, sabes perfectamente que aborreces los cuentos de terror
A ver si te conectas porque estoy hasta el piiiii de tener que pensar en ti fuera de la madrugada. Ea
Muakis