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Nagara

Baila

Baila Su cuerpo desnudo giraba al son de la música en un baila que invitaba al trance. Diez hombres sentados a su alrededor la miraban mientras tomaban té. Sedas, alfombras, cojines, aromas de azahar y jazmín... Giraba en trance pero era mentira. Estaba consciente de su situación: atrapada en un cuerpo de mujer que se asemejaba a una cárcel, en la que no tenía derechos. Era sólo un objeto que danzaba para los hombres.

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