Soy un prestado.

Soy un prestado de mi madre que puso el óvulo y mi padre que puso el esperma.
De mi abuela materna la cara.
De mi padre, de nuevo, la fotografía y la pintura, el arte, y los viajes.
De mi madre, claro, la lectura y la dureza.
De mi hermana Eva la solidaridad, la conciencia de el horror.
De mi hermano el humor ácido, y el comprender un cariño sin que se muestre.
De mi hermana Elena los besos, los achuchones, los cuentos al dormir.
De mi ex Jorge el sexo y el saber de motos.
De mi ex Rubén los besos y las miradas.
De los compañeros de Itálica el saber que se puede coseguir unión de un grupo.
De los compañeros de San Felipe el descubrir que en una clase también se puede estar bien.
De los niños del colegio que me causaron temor y pena de las personas.
De Marina, que me dió años de amistad, Amelie, y la poesía.
De Noe que la amistad no tiene fronteras.
De Matías, que me redescubrió Madrid.
Y de todos un poco de música.
La vida, que me prestó la mía.
De todos los que pasaron por mi lado, me dejaron ilusiones, penas, conocimientos de otras vidas, de otras cosas ajenas a mi.
Soy un prestado.
Yo no soy única, porque cada parte de mi la tienen los de mi alrededor,
que son los que me configuraron.

1 comentario

[Narú - 07 de enero de 2005 - 23:59]

Me ha gustado mucho tu post. Es cierto que somos préstamos de mucha gente y que gracias a ellos, llegamos a ser personas.
un saludo