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Nagara

Reflexión

La gente no soporta la responsabilidad. Ponen el peso de sus vidas en el destino o en Dios, y se niegan a pensar que el destino es lo que cada uno construye con sus pasos día a día. No soportan ese peso sobre sus hombros. Además, están acostumbrados a no conocerse, a no saber del otro.Comparten risas con los amigos,horas con los compañeros de trabajo, tardes con los padres, cama con la esposa, cenas con los hijos, pero nos los conoce, ni le conocen a él. Nadie sabe del otro, no saben los pasados, los miedos, las preocupaciones, las ideas, las penas, las ilusiones, los deseos. Y así está el mundo, lleno de conocidos que se desconocen. Por eso, cuando una persona se abre ante ellos, se da a conocer de forma absoluta y sincera , y les da automáticamente el poder de dañarla si quisieran, se asustan. Es descubrir el corazón desarmado,y eso es mucha libertad, demasiada responsabilidad. Entonces se les ocurre tres opciones: Herir, huir, o herir y huir. No saben qué hacer con tanta libertad ni con ese poder absoluto. No entienden que simplemente debería ser así el mundo,un mundo de conocidos que se conocen. Ese sería mi mundo donde no hubiese lugar al miedo a abrirse. No puedo cambiar mi naturaleza , así que tengo que calcular las posibilidades del otro para aguantar la libertad. Debo elegir a quién abrirme para no asustar. Todos se cierran en sí mismos pensando que conocen a los demás, pero nadie les conoce a ellos. Y la realidad, es que nadie conoce a nadie.¿Cuántas veces no conocen la historia de sus abuelos, la infancia de los padres, lo que preocupa a los hijos, la vida de los compañeros, lo que piensa y siente la mujer/marido? Dicen la tipica pregunta:¿cómo va todo?, esperando la respuenta de siempre: bien. Porque no preguntan para saber, porque es un ritual de cordialidad, como quien dice "buenos días" Y con esa pregunta y esa respuesta ya creen o quieren creen que conocen al otro. Y el otro sabe que esa es la respueta que debe decir, aunque le gustaría decir:muy mal, creo que mi esposa me engaña, mis hijos solo me hablan para pedir dinero, mi madre está enferma y mi jefe creo que me quiere despedir.Me siento mal,solo, y sin nadie que me escuche. Pero no lo dice, porque eso es dar poder a quien le escucha, además no está seguro de que quien le pregunta tenga realmente interés por saber cómo está.
Quisieron hacerme cambiar de forma de ser, hacerme creer que hay que andar por esta vida sin conocer a tus conocidos, simplemente porque es lo normal. Yo me siento presa de mi nacimiento, y estoy metida en esta vorágine,pero las personas que voy conociendo no las quiero desconocer. No quiero desconocer a mis conocidos. Pocos soportan la presión que da conocer al otro. Pocos lo aceptan, lo valoran, o corresponen.Esa esa la parte más difícil, no usar el poder para dañar , y abrise ellos.Porque tienen las almas oxidadas. Son niños pequeños escondidos, disfrazados. La costumbre es tan fuerte que me afecta también a mi. Debería conocer a mis más conocidos, pero no soy capaz de cambiar el rumbo de la historia que tengo con cada uno, por eso es más fácil conocer a un recién conocido, porque es empezar una historia desde el principio, cuando las palabras aun se pueden decir, cuando aun se puede instalar la costumbre de conocerse.
Debo elegir con cautela, la locura es para otros momentos.

"La felicidad que da conocer al otro y saber que te conoce, es la felicidad de saber que tienes un lugar donde descansar"

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