Arrugadas manos
Arrugadas manos
Como una fotografía en blanco y negro,
en un rincón de aquella habitación
abandonada por las manos arrugadas
que una vez fueron tersas,
así el pasado se amarillea
y deja salir agujeros que empañan
los recuerdos que una vez
fueron presentes.
El tiempo, como fiel maestro,
ha trazado con líneas finas
dibujos sobre aquella imagen borrosa.
Sobre la silla de la esquina,
se apilan los hoy
que nunca pensaron ser mañana.
La taza de té entre las manos,
me traen el sabor a miel,
y el aroma de quien una vez
jugaba entre las sábanas.
Y en blanco y negro el ahora
con mis ojos cansados,
se torna gris opaco
con arrugadas manos.
Como una fotografía en blanco y negro,
en un rincón de aquella habitación
abandonada por las manos arrugadas
que una vez fueron tersas,
así el pasado se amarillea
y deja salir agujeros que empañan
los recuerdos que una vez
fueron presentes.
El tiempo, como fiel maestro,
ha trazado con líneas finas
dibujos sobre aquella imagen borrosa.
Sobre la silla de la esquina,
se apilan los hoy
que nunca pensaron ser mañana.
La taza de té entre las manos,
me traen el sabor a miel,
y el aroma de quien una vez
jugaba entre las sábanas.
Y en blanco y negro el ahora
con mis ojos cansados,
se torna gris opaco
con arrugadas manos.
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