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Nagara

Duele... a veces.

Duele saber, a veces,
que quien una vez estuvo a mi lado,
compartiendo risas, llantos,
pero siempre en la lejanía,
cruzó el horizonte sin despedirse.

Duele, a veces,
entender que cuando la noche me cubría,
y mi pecho necesitaba apoyo,
a mi lado miles de mariposas
revoloteaban crueles.

Duele, algunas veces,
comprender que cuando mi alegría rebososaba,
y buscaba una cara amiga para reir,
a mi lado llovía despacio
una cortina imposible de penetrar.

Ahora, pocas veces duele,
quizás por la fuerza de la costumbre,
quizás por las mariposas o la lluvía,
saber que siempre estuve sola,
comprender que jamás estaré en soledad.

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